Vivir cerca de la naturaleza nos brinda el regalo de un aire más puro. Las áreas verdes y bosques actúan como pulmones del planeta, filtrando contaminantes y proporcionando oxígeno fresco. Este aire limpio no solo mejora nuestra salud respiratoria, sino que también tiene un efecto positivo en nuestra salud mental, reduciendo el estrés y fomentando sentimientos de paz.